Los distintos elementos van tomando contacto entre sí. Algo del vestuario, mucho de la distancia y, sobre todo, tomar dimensión del espacio y del impacto de las imágenes proyectadas sobre el cuerpo en movimiento. Ver la escalera en relación al tiempo y al espacio, su mutación, su presencia; escuchar la voz, sentir la presencia de los otros dentro de los límites ampliados de la platea. Primeras verificaciones, correcciones, ajustar la forma al fondo. Imaginar sobre lo concreto, imaginar lo que aún falta, proyectar, volver a usar la imagen como disparador. Como cada ensayo, elementos vueltos a ver como si fueran nuevos, pequeños descubrimientos, risas tontas, disfrute, algo de emoción.
La primer reunión de las áreas visuales: foto fija, iluminación, proyección. Una suma que multiplica.
Promediando la última parte del trabajo, mayor certeza y más estímulo.
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